El pasado 15 de agosto el gobierno de Nicaragua ordenó la ocupación de las instalaciones así como la incautación de los bienes inmuebles y las cuentas bancarias de la Universidad Centroamericana, UCA, perteneciente a los jesuitas y una de las más prestigiosas del país.
A esta acción le ha seguido la disolución de la Compañía de Jesús en Nicaragua, expropiando todo su patrimonio y obligando al cierre de los centros Fe y Alegría y los dos colegios que mantenía la compañía. Un enorme atropello que afecta a la educación de los más desfavorecidos, y que no refleja más que la represalia de una “dictadura grosera” en palabras del Papa, por haber defendido la vida, la verdad y la libertad del pueblo nicaragüense. Atropellos que se suman a acciones semejantes llevadas a cabo desde el año 2018 a muchas otras entidades que trabajan en pro de los derechos humanos en Nicaragua.
Desde este modesto rincón, queremos dar testimonio de nuestro apoyo a los estudiantes y sus familias, a la comunidad jesuita nicaragüense, así como nuestro agradecimiento por su valentía, entrega y testimonio.